Escritura de hoy 

«Así que ella [Eva] tomó del fruto y lo comió. Luego le dio un poco a su marido, que estaba con ella, y él también lo comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y de repente sintieron vergüenza de su desnudez, y cosieron hojas de higuera para cubrirse.

«Cuando soplaba la brisa fresca de la tarde, el hombre y su esposa oyeron al Señor Dios que caminaba por el jardín. Así que se escondieron del Señor Dios entre los árboles. Entonces el Señor Dios llamó al hombre: ‘¿Dónde estás?’

«Él respondió: ‘Te escuché caminar por el jardín, así que me escondí. Tenía miedo porque estaba desnudo'». (Génesis 3:6-10 NTV)

Pensamientos para hoy Adán y Eva vivieron en un mundo perfecto. Tenían una relación abierta con Dios. Esta perfección podría haber durado para siempre, de la manera en que Dios lo planeó, pero el pecado entró en escena. La escritura de hoy describe ese primer pecado y lo que siguió inmediatamente. 

Adán y Eva se escondieron. Se escondieron detrás de hojas de higuera. Se escondieron de Dios entre los árboles. Y nos hemos estado escondiendo desde entonces.

La mayoría de nosotros usamos una máscara. A veces por períodos cortos de tiempo. . . a veces continuamente. Usar una máscara nos permite ser vistos como queremos que nos vean. Nos convertimos en actores, representando un papel en situaciones específicas o quizás durante toda nuestra vida.

Considera esto …  Las máscaras comunes que las personas usan para ocultar su verdadera identidad o sentimientos incluyen las siguientes: 

• Soy una victima. 

• Soy mejor que tú. 

• Yo estoy feliz. 

• No necesito tu ayuda. 

• No puedes lastimarme. 

• soy un experto

Nuestras máscaras a menudo esconden amargura, ira, tristeza y miedo. Con el tiempo, las máscaras pueden endurecerse.

¿Alguna vez te has escondido detrás de una máscara? ¿Te estás escondiendo ahora mismo? 

Esta semana veremos lo que dice la Biblia acerca de cómo vivir con el rostro descubierto.

Oración Padre, muéstrame si me escondo de ti. De otros. Incluso de mí mismo por miedo de que alguien vea mi verdadero yo. Ayúdame a superar los miedos y el orgullo que me impiden convertirme en todo lo que me has diseñado para ser. Te lo pido en el nombre de Jesus . . .